El láser infrarrojo es un tratamiento terapéutico y estético que utiliza ondas de luz de alta frecuencia para penetrar en las capas profundas de la piel y tejidos. Estimula la circulación, alivia el dolor muscular, promueve la regeneración celular y mejora la firmeza y apariencia de la piel, sin causar daño ni molestias.
Se recomiendan entre 6 y 10 sesiones, con frecuencia de 1 a 3 veces por semana, dependiendo de la condición tratada (dolor, inflamación, celulitis, flacidez o recuperación postquirúrgica).
Características
Emisión de energía térmica a través de luz infrarroja de baja intensidad.
No invasivo, sin dolor ni tiempo de recuperación.
Puede aplicarse en zonas corporales o faciales.
Compatible con otros tratamientos como drenaje linfático, radiofrecuencia o masajes terapéuticos.
Beneficios
Estimula la regeneración de tejidos y colágeno.
Reduce la inflamación y el dolor muscular.
Mejora la circulación sanguínea y linfática.
Favorece la eliminación de toxinas.
Acelera procesos de recuperación postquirúrgica o postraumática.
Mejora la firmeza, textura y elasticidad de la piel.